martes, 4 de enero de 2011

Condena

Hoy me he sentado y mis manos, frías, desconfiaban de mi. Y la prosa brotaba del mineral con caparazón de madera, negro y amarillo, como las avispas y con el mismo movimiento grácil, como si flotara.

Y le pregunto, ¿que quieres de mí?
Y me contesta; nada.

Y le pregunto, ¿que has venido a hacer aquí?
Y me contesta; dímelo tu, que has decidido tomarme y hacer que sea la batuta que dirige al resto de la orquesta. Música. Palabras.

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