Era una noche no muy fría
ni tampoco demasiado cálida
sin estrellas en el cielo
y la luna estaba pálida
y mis lágrimas curaban las heridas de mis sátiras
y mil águilas volaban por encima de mis páginas.
ni tampoco demasiado cálida
sin estrellas en el cielo
y la luna estaba pálida
y mis lágrimas curaban las heridas de mis sátiras
y mil águilas volaban por encima de mis páginas.
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