jueves, 16 de agosto de 2012

Libre

No hay nada como esa sensación de libertad que da coger la vieja moto, si, esa Rieju naranja de 49cc que un día perteneció a tu padre y que tan cuidadosamente guarda tu abuelo. Cogerla y correr por el campo, espantando liebres y esquivando piedras. Por los caminos a ratos, a ratos por las pistas, con el aire dándote en la cara y los labios cortados por el cambio de clima.
No hay nada como esa sensación de libertad.
Y no hay nada como esa sensación de recorrer los mismos caminos que recorrías cuando solo eras un crío, con tu padre montando detrás tuya y con la ilusión de que te dejara llevar un rato el manillar y poder darle al puño y acelerar, y tocar ese pito que produce ese sonido tan agudo y tan característico.
Y vas sin casco, imprudente si, pero libre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario