miércoles, 23 de febrero de 2011

Punto 1

Escribir es como el infierno; porque dicen que allí hace mucho calor y huele a azufre.
Del cielo, en cambio, dicen que es un sitio maravilloso.

Pues bien, la cabeza del escritor es como si el cielo estuviera ardiendo, porque sería un lugar maravilloso en el que hace mucho calor. En la cabeza del escritor hay fuego, un fuego que quema y que tienes que apagar, un fuego que apagas y siempre se reaviva. Un fuego maravilloso.

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